miércoles, 3 de septiembre de 2014

Lamen

Todos asinados
entre caldo, palitos
entre comida en boca, gritos
tus ojos rasgados
bien abiertos, entraron.

El plato se posó en tu mesa
con verte aprendí
a comer ramen
y así me dijiste, sin decir
"para comer ramen hay que convertirse
en niño
o en un animal muy pequeño"

Entonces un dedo, otro sobre los palitos
el índice de soporte para el palito externo
el dedo gordo, para el interno
"para comer ramen hay que abrir
los ojos bien grandes"

Las pestañas casi tocaban tus cejas
cejas tan cerca de tus ojos
envolviste los fideos y los enredaste
en los palitos
sonreías, no parabas de sonreír
no parabas
los dientes
no parabas.

Los ojos bien abiertos
no parabas
"para comer ramen hay que ser
un gigante"

Los fideos entraban
con ritmo
así: succión-pare-succión-pare-succión
los dientes delimitan el espacio
de entrada
los labios solo son un remanso
de sopa.

Los palitos acompañan durante la succión
se detienen, suben, se detienen
no parabas de sonreír
no parabas
los ojos brillantes decían
"para comer ramen hay que saber
mirar"
mirar el plato hasta encontrar
tu reflejo más bello
el que te conmueva.

Los ojos no paraban.
Las luces bajas, sobre la mesa
iluminaron el momento
más bello
dijiste
sin decir, me dijiste
los ojos, no paraban
me dijiste y corregiste,
sonriendo,
con tu acento
"LAMEN"